miércoles, 24 de septiembre de 2008

Promesa de mí para ti

No sé realmente lo que pasó ese día, de verdad no lo sé. Ha pasado ya algún tiempo y sigo tratando de revivir las imágenes en mi mente, pero no puedo, no por completo. No sé si lo que me dijiste realmente lo dijiste o no sé si simplemente lo imaginé. Sí, talvez yo quería imaginarlo, es que, viniendo de ti yo lo imaginaría.

La primera vez que te vi, por segunda vez, estabas más sexy. Habían pasado como 2 años y nunca nos habíamos dirigido la palabra. Nos habíamos visto en los pasadizos de la pre y, como de costumbre, sentía que me veías con los mismo ojos que yo te veía, con esos ojos que te dicen: Hola ¿qué tal? vamos al cine y si te caigo bien nos cogemos la mano ¿ya? pero si nos llevamos bien cogiéndonos la mano, también podríamos besarnos ¿verdad?; pero si nos besamos, también podríamos hacer más cosas ¿no es así? Lo sé debo haberlo imaginado también.

No sé cómo llegaste a la facultad en la que yo estudio, no sé qué habrá pasado en tu vida desde entonces, y aunque sí quisiera saberlo, primero preferiría verte y saber que me ves para que aunque sea así se me quite el maricón que llevo adentro, ese que no me permite acercarme a ti hace buen tiempo. Cuando por fin me viste de nuevo y yo te vi que me viste, me di cuenta que no lo había imaginado. Entonces me decidí, me decidí acercarme a ti decirte: hola, ¿qué tal? me ayudas con una encuesta son sólo algunas preguntas fáciles... Después hacerte recordar que alguna vez te había visto en la pre y preguntarte que había pasado desde entonces, finalmente saber tu nombre; y un día en el que te encontraras sola seguirte hasta el paradero, hacerte reír mucho y decirte ¿vamos al cine?

Pero no, no encontraba el día ni la hora de decírtelo, siempre me acordaba que tenía que hacer algo cuando te veía o simplemente estaba con alguien al lado(excusa) ;y me daba mucho roche que me chotearas y que ni me vieras, que me digas: Sorry estoy apurada. No, yo preferiero el chote en silencio a ocultas y a oscuras. Pero ese día que pasó lo que pasó, no sé si realmente me dijiste lo que creo que me dijiste. Nos encontramos en la fotocopiadora, tú ahí sola y yo ahí solo también. Otra vez para variar, yo estaba muy apurado y tu estabas ahí impresionante como siempre. Te vi y sé que me viste, quise sonreirte acercarme y decirte algo, pero estaba apurado. Entonces, te volví a ver y vi tus labios, vi que se movían, vi que deletreaban una palabra y que estos afloraban un significado. Te volví a ver y me fui. Cuando bajaba las escaleras no podían borrar tu imagen de mi mente, no quería hacerlo. Y fue cuando me di cuenta, que me dijiste Hola.

Sé que me debes odiar, sé que debes pensar que soy gay o que simplemente soy un huevón con el que no vale la pena intentar nada, lo sé. Me he ganado esos y muchos adjetivos y tú estás en tu legítimo derecho a usarlos, pero por lo que hiciste (¿lo hiciste?) la próxima vez que te encuentre totalmente sola, te arrinconaré como un ratero suele hacer y te diré: Hola ¿qué tal, vamos al cine?

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