miércoles, 24 de septiembre de 2008

Hoy más que nunca

Son casi las dos de la mañana y sigo de pie frente a la compu, tengo dos trabajos por hacer uno era para ayer y el otro es para mañana y todavía no tengo ganas de hacerlo, no quiero hacerlo. Ayer debí llamarte y me pasé todo el día pensando si debía llamarte o no y ahora me arrepiento de no haberlo hecho, me arrepiento de mi flojera, de mi idiotez, de mi resentimiento.

Te conocí hace como cinco años y aún recuerdo cómo fue y cuándo fue. Estabas tú llegando a la casa de Fiorela aquel día que habíamos quedado en ir a una disco. Era mi primera vez que yo iba a una discoteca y estaba animado iba a ir con mis patas y con chicas simpáticas y agradables ¿que más podía querer? De verdad yo no esperaba que alguien como tú fuese a ir a un lugar así y con nosotros sobre todo. Pero sí, si fuiste. Fuimos. Ahí comenzó todo, no conocía, ni conozco, a nadie que diga que no eres hermosa. Porque sí, sí lo eres.

Nuestra historia está bañada con pinceladas de romanticismo de los 15 años, la indecencia de la pubertad y el sentimentalismo de los primeros amores. Creo que nunca voy a poder sentir tantas cosas a la vez cuando me acuerdo de ti, cuando escribo, hablo o cuento de ti. Lo sé, la gente me dice. "Tu cojeas con Clara" y yo creo que no, sólo quisiera decirte: Sabes qué, yo de verdad creo que te amé, que con mis quince años sentí el verdadero y primer amor, ese que no se olvida nunca y que se venera siempre, y no sé porqué la cagaste de verdad no sé porqué. Sé que me lo has dicho millares de veces, pero eso no lo entiendo. Te juro que no lo entiendo. Cómo podrías ser tan linda y cómo podrías ser tan linda para varios, no lo entiendo, no sé si me niego a creerlo o simplemente no quiero que mi primera historia de amor deje de ser tan maravillosa como lo es para mí. No lo sé. Sabes he pensando todo y lo he creído todo, pero ya nada importa supongo. Hoy cinco años después que te tengo aquí y que sé que tienes enamorado sólo quiero que seas feliz. Ya no conmigo. Pero sólo quisiera escucharte darme las verdaderas razones por las que me dejaste, por las que me obligaste a que te deje. Quiero escucharte decir "no eras lo suficiente para mí o simplemente me aburrí de ti".

Ya no quiero eufemismo, ya no quiero compasión. Quiero, tal vez, sentirme humillado y saber que lo que pasó no pasó. Quiero verte y saber que eso no pasó. Pero, entonces, tal vez me sonría, te sonría y te diga que ahora te quiero más que antes, que ahora con nuestras historias separadas, con nuestra pasado cada vez más nubloso, el destino nos encontrará en unos años y nos gritaré lo que realmente debemos ser y lo que debemos de ser.

No hay comentarios: