Cuando estaban a mitad del camino la hormiga comenzó a quejarse por la lentitud de la rana, entoncs esta trató de ir más rápido para poder estar libre de una vez. Saltaba más rápido cada vez, hasta que a menos de 2 metros de estar en la orilla se descuidó. Cayó encima de una piedra sin equilibrio y se vino abajo. Inmediatamente la rana se puso de pie y llegó hasta la orilla, pero se dio cuenta que la hormiga ya no estaba. Vio hacia el río y no encontró rastros de la hormiga, se dio cuenta que esta debía estar ahogada, o en el mejor de los casos encima de una piedra como si fuera una isla y sin la posibilidad de llegar a su destino.
Entonces la rana recién pudo entender que por más que alguien te pide algo las cosas no se deben hacer de una forma alocada porque al final terminan haciéndose mal.
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