jueves, 30 de octubre de 2008

Desnudo artístico

El alma no se desnuda.
En sus ropas frías reposa la conciencia 
del día y los dolores de la noche, 
en su enorme memoria mueren los dolores
y se inmortalizan los amores.

Mi alma siente frío,
ha perdido su abrigo de invierno
llora mi cuerpo este dolor 
se desnuda constantemente en las noches.

La luna le ha perdido el cariño
y no la alumbra en sus caminatas largas,
descalzo en lluvia, sólo mi alma tiene frío.
Calienta sol, qué horas te esperan para amanecer.

La noche entumece el ser y los sentidos,
las sonrisas se pierden en la gris mirada,
los ojos se agrandan en un intento desesperado.
El frío quema el cuerpo pero abrasa el alma,
los recuerdos son leñas en el fogón del dolor.

Llora el alma y en sus lágrimas calientes
encuentra por fin consuelo.
Llora y llora, hasta el amanecer, llora y llora
hasta dejar de padecer.
Mira tú, sol, orgulloso, mírame tú.

domingo, 19 de octubre de 2008

Nankurunaisa

No te preocupes "Las cosas se resolverán de alguna forma"

Cuando caminaba contigo junto al mar veía el resplandor, corríamos en tu moto sin importar lo que dijera papá, jaja aún lo recuerdo él nos regañaba por llegar tarde pero tú siempre me protegías, te echabas la culpa y a mí no me decía nada. No sé porque siempre me ha gustado el mar, debe ser su naturaleza infinita, su braveza inimaginable pegada a su calma posterior, debe ser que es por ser tan incontrolable porque me gusta. A veces solo verlo me alienta a sonreír, a pasar sentada frente a el varias horas.

¿Te acuerdas cuando te rompiste el brazo? Sí, ese día que me ausenté. Ese día viene aquí a llorar entre los brazos de la arena y ante los ojos del mar, el viento me dio la calma. Me ayudó a ir a darte valor. Lo sé, sé que no debí ponerme así por algo tan pequeño, pero no pude evitarlo. Algunas veces creo que si reprimiera mis sentimientos podría reprocharme el no haber hecho las cosas. Te imaginas si me hubiera puesto dura cuando yo quería que sintieras que estaba triste por tu brazo, porque dejarías el equipo de basquet para siempre. No quería que pensaras que solo me hacía la dura para que no te doliera tanto, quería que me vieras dolida por lo que pasó, que vieras realmente mis sentimientos. Y, que, después de ese dolor me vieras sonreír porque eso hice. Sí, claro que lo recuerdo...tú dijiste que te gustaba verme sonreír pero a mí no me gusta mucho.

Jaja claro que sonrío, sonrío hoy para ti. Te acuerdas cuando nos peleamos porque me pediste que hiciera algo que no quería; y, luego tú dijiste eso...Ya no vale la pena recordar sólo acortará nuestra felicidad. Ahora sí somos una familia y papá y nuestro hermano viven por siempre dentro de nosotros. Mientras nosotros estemos vivimos siempre hemos de recordarlos con alegría y claro que seguiremos su ejemplo. 

Creo que ya es hora, lo siento...en tres horas no podría haberte dicho lo feliz que he sentido antes y después que todo esto haya comenzando. Sí, cuando despierte, en treinta años, ya no tendré a mi caballero, y tú estarás muy crecido. ¿Yo seguiré igual? esperó que no. Sólo quiero envejecer contigo y con los demás, quiero ver como mis arrugas se forma y cómo las tuyas se deforman..jaja...lo siento no puedo evitar hacer bromas tontas ahora. Llévame al lugar del nacimiento, ya voy perdiendo fuerza. Te has vuelto fuerte, has crecido bastante también. El tiempo se pasa rápido verdad y en todo este tiempo de tristezas, peleas, sangre derramada y pequeñas alegrías siempre nos funcionó la palabra mágica, Nankurunaisa. Sé que ahora sólo vamos a sonreír, aún cuando esté durmiendo por todo este tiempo, sólo soñaré contigo con el Onomuro, con todos ellos. Espérenme...

-No seas tonta...claro que vamos a hacerlo....

viernes, 17 de octubre de 2008

De la mano

Un paso
......
dos pasos
.........
tres pasos
..............


El viento acaricia los rostros

el silencio conecta el caminar

y, antes de hablar,

solo provoca sonreir

lunes, 29 de septiembre de 2008

La hormiga que perdí

Había una vez una pequeña hormiga que quería cruzar un río, pero sabía que no tenía la fuerza suficiente para poder hacerlo pues el río iba arrasar con él. Entoncs pidió a una rana que andaba durmiendo que la cargase en su lomo hasta el otro lado del río. Esta aceptó de mala gana y dejó que la hormiga se subiera a su lomo. 

Cuando estaban a mitad del camino la hormiga comenzó a quejarse por la lentitud de la rana, entoncs esta trató de ir más rápido para poder estar libre de una vez. Saltaba más rápido cada vez, hasta que a menos de 2 metros de estar en la orilla se descuidó. Cayó encima de una piedra sin equilibrio y se vino abajo. Inmediatamente la rana se puso de pie y llegó hasta la orilla, pero se dio cuenta que la hormiga ya no estaba. Vio hacia el río y no encontró rastros de la hormiga, se dio cuenta que esta debía estar ahogada, o en el mejor de los casos encima de una piedra como si fuera una isla y sin la posibilidad de llegar a su destino. 

Entonces la rana recién pudo entender que por más que alguien te pide algo las cosas no se deben hacer de una forma alocada porque al final terminan haciéndose mal.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

A la vuelta del camino

Y ahí estaba Santa Rosa
a más kilómetros de mí
y aunque caminaba esperando
ella huía de mí.

Cada paso era falso
y el sudor lo era también
pues cansado y hostigado
decidí ya no avanzar.

Ya no hay camino por delante
si es que uno piensa mal
solo queda estar sentado
y esperar que pasará.

Retrato desfigurado

Ella es con la que sueñan los hombres
de día y de noche,
de pie y frente al mar,
cuando los ojos se abren, y, aún
cuando quieren estar cerrados.

Ella es el límite de la perfección y de lo humano
en sus sonrisas desgarbadas se presume lo divino
y en sus manos congeladas se vislumbra lo herido,
aún hoy, y ante sus pies, pasan los caballeros unidos
sin poder ser más que sirvientes a su mirar.

Ella es el motor de vidas pasajeras
de momentos extravagantes
y de tristezas incólumes.

Ella es el péndulo de la vida,
las campanas que retumban en las pesadillas,
los reflejos heridos ante los espejos del alma.

Ella ha escrito y borrado su nombre innumerables veces
ha desterrado su alma y volado a otros mundos,
ha sorteado la vida y ha sobrevivido a los pesares,
ha llorado ante los altares de Satán
y se ha enredado entre ángeles y santos.

Y, hoy, más que nunca, ella es el motivo único
porque las palabras fluyen
y desangran la vena hirviente
del ser sin corazón que yace en la oscuridad,
que se inmola en la tierra de Adán,
para escapar del placer más imborrable de su mente.
Ella es lo que los dioses decían que no podía ser creado.

Reflejos de animal

El hipopótamo lanzaba sus ronquidos como frases de amor pero Lisa sólo se asustaba al verlo. Sus grandes dientes amorfos y su pequeña cola la desesperaban, no sabía como era posible que en aquella playa hubiera un hipopótamo tan grande, tan morado. Ella había quedado en encontrarse con su corcel de oro, pero este seguía corriendo hace horas sin poder llegar.

El hipopótamo esgrimió una sonora sonrisa con todo su corazón y trato que su amor llegara hasta Lisa, pero sus torpes movimientos unidas a su fealdad sólo lograron asustarla más. El estaba triste, su corazón comenzaba a resquebrajarse cuando la veía y sentía mayor soledad al tener al frente suyo y no poder acercarse. En un último intento de amabilidad y demostración de amor, agachó la cabeza y hundió sus ojos hacia la arena mostrándole su lomo, húmedo y grasoso, como quien ofrece asiento a la dama más ilustre y bella de la velada.

Ella sólo podía ver su fealdad externa y comenzó a gritar, a gritar de horror. Intentó coger cualquier cosa posible entre la arena para asustar al animal. Pero no encontró nada. La brisa comenzó a llevarse la arena y ella ya no puedo ver más. Entonces el hipopótamo se acercó lloroso hacia el mar, a ver su reflejo y ver su fealdad. A sentirse miserable, detestado y maldito. La vio por última vez en media de los remolinos de arena y se hundió en el mar.

Se ahogó junto a sus reflejos.